La Rioja (España)

15 de abril de 2013

Olea europaea, (Olivo)



División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Lamiales
Familia: Oleaceae
Género: Olea
Especie: Olea europaea

El Olivo cuyo nombre científico es “Olea europaea”, pertenece a la familia botánica de las “Oleáceas” dentro del orden “Ligustrales”. También llamado “Olea hispaniensis”, ya que los romanos, lo denominaron “Arbor de Hispania”. Son árboles de crecimiento lento. Alcanzan unos 15 m de altura, con copa ancha y tronco grueso, retorcido y a menudo corto. Destaca su gruesa cepa en la que el árbol almacena material de reserva. Es característica la emisión de retoños que garantizan la supervivencia del árbol. Por esto en la antigüedad se consideraba un árbol inmortal. Muy longevo, vive cientos de años; existen ejemplares milenarios. Corteza lisa y de color verde grisáceo de joven, se torna rugosa y agrietada con el tiempo, cambiando a un color gris plateado.
Hojas opuestas, estrechas y alargadas entre 2 y 8 cm, ligeramente puntiagudas, de color verde azulado brillante por el haz, más blanquecinas por el envés debido a la densa pelusa que las cubre para protegerlas del frío y del calor intensos. Con un peciolo o “rabo” muy corto. De hoja perenne, mantiene sus hojas durante todo el año, cada hoja dura unos tres años. Con floración muy abundante, en ramilletes o racimos llamados panículas, entre 10 y 40 florecillas cada uno. Flores bisexuales, autopolinizantes, pequeñas, redondas, de color blanco divididas en cuatro piezas o pétalos. La floración se produce en primavera al alcanzarse unas temperaturas de unos 18ºC. Desprenden una fuerte fragancia. El fruto; la aceituna, es una “drupa” o fruto con semilla interior leñosa, rodeada de una capa carnosa y suculenta, de 1 a 3,5 cm de largo, de forma redondeada, de color verde al principio que va tornándose amarillenta, violácea, hasta adquirir un color negro-morado en su madurez. La aceituna comienza a madurar en otoño y se recolecta en invierno. De este fruto se obtiene aceite, entre un 10 y un 25 % de su peso.

NI EL DILUVIO PUDO CON EL OLIVO
“Y sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé el Arca que había construido; envió al cuervo que no volvió. Envió de sí a una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de la tierra y no halló la paloma donde asentar sus patas. Noé esperó otros siete días y volvió a enviar a la paloma; la paloma regresó a él a la hora de la tarde trayendo una rama de olivo en su pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de la faz de la tierra.”



El olivo silvestre o “Acebuche” antecesor del olivo actual se podía encontrar por toda la cuenca mediterránea y el oriente medio. También llamado “oleastro” u “olivo bordizo” es un olivo de menor tamaño, de porte arbustivo tipo matorral, espinoso y de frutos pequeños, poco útiles para el hombre. Si bien existen indicios de que en los primeros asentamientos sedentarios del hombre ya se tomaban aceitunas como alimento. No está claro el lugar ni el momento del inicio del cultivo del olivo y de la extracción de aceite. Una teoría sostiene que fue algo simultáneo y en varias regiones a la vez donde con el comienzo de la vida sedentaria y el inicio de la agricultura comenzó el aprovechamiento del olivo silvestre y sus frutos iniciando entonces un proceso de selección de ejemplares con mejores frutos. Otra teoría afirma que los primeros olivos cultivados procedían de una hibridación entre olivos africanos y orientales, con frutos más grandes y carnosos. Estos frutos fueron rápidamente utilizados por los habitantes de la Anatolia (Turquía) hacia el 5000 A.C.  De ahí fue lentamente expandiéndose hacia el mediterráneo. Lo cierto es que su cultivo se encuentra ligado a los orígenes de las principales culturas mediterráneas de la antigüedad; asirios, egipcios, fenicios, griegos. En Palestina la tribu de los Filisteos ha dejado vestigios de grandes estructuras dedicadas a la extracción de aceite. Las aceitunas eran machacadas con morteros de piedra hasta convertirlas en pasta, que una vez en recipientes, hechos con ramas de olivo entrelazadas, se prensaban con grandes piedras.



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