Llamado también: Ciprés Común, Ciprés Mediterráneo, Ciprés Italiano.
Su origen es el mediterráneo oriental, y se introdujo en Italia en la antigüedad desde donde se ha extendido a toda la región mediterránea.
Los cipreses son árboles longevos, de donde le viene su nombre científico y que puede alcanzar hasta los 30 m. La forma de la copa es de aspecto compacto y estrecho. También son monoicos (con flores masculinas y femeninas separadas pero presentes en el mismo árbol). Florecen en primavera y sus flores masculinas son fáciles de distinguir por su color amarillo. Los frutos son pequeñas piñas (conos) casi esféricas y suaves que se abren al madurar, liberando multitud de pequeñas semillas aladas. Necesitan mucho sol y son bastante resistentes a las sequías, por lo que no hay que rogarles mucho y toleran casi cualquier tipo de suelo. Lo que no toleran bien es el frío y las nevadas. Sus hojas tienen forma de escama y están imbricadas (superpuestas unas a otras). Por sus hojas se confunde con algunas especies de falso ciprés (Chamaecyparis sp.) que tienen las hojas también escamosas pero aplanadas y frutos más pequeños y de piel rugosa. En España está en toda su geografía, principalmente cultivado (en parques y debido a su longevidad se ha plantado como símbolo funerario en cementerios). De sus cilíndricas hojas se extrae un aceite utilizado en farmacia. Los fenicios construyeron sus barcos con madera de esta especie. Esta familia incluye unas 130 especies de varios géneros. En España, el género Cupressus (la primera palabra del nombre científico) tiene 8 especies. De ellas el ciprés común es el más extendido, famoso por su típica silueta alargada y columnar, la cual no es la única posible, es muy utilizado como cortavientos.
Fruto del Ciprés
Puede vivir más de 500 años, citándose ejemplares que superan el milenio.
Es el árbol que simboliza la unión entre el Cielo y la Tierra.
Es el árbol que simboliza la unión entre el Cielo y la Tierra.
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